¿Quien podría guiarme?
(Roland Barthes)
El corpus de esta exposición conduce al espectador a transcender el espacio y el tiempo visitando ciudades, templos, multitudes, museos y paisajes.
El fotógrafo Thomas Struth es un reflejo visible del "hombre y de su tiempo", lo corroboran sus más recientes fotografías de 2010 en dónde destaca la curiosidad por las nuevas tecnologías en una perspectiva casi pictórica que va desde un amontonado de cables de varios colores, pertenecientes a una máquina, al interior de una estación aeroespacial, con sus diversos encuadres. Realidades distintas a las del ciudadano común. Esta exposición invita a ver al mundo en estos últimos treinta y tres años, abarcando territorios de contrastes. Pequeños mundos invisibles a la escala global. En la serie Retratos, por ejemplo, se revive el sentido de pose del siglo XIX transportado para el siglo XX, en ella se ven ejemplos de familias occidentales, orientales o sudamericanas, en dónde la monoparentalidad se encuentra claramente presente.
Fotografías de rascacielos, algunas en blanco y negro, en contraste con pequeñas calles desertas de Nueva York, Dusseldorf, Paris, Edimburgo, Tokio o Shanghái; templos paganos y cristianos en dónde se sienten a la vez silencios y ruidos de multitudes, son el retrato del turista de hoy en día que invade los museos.
Thomas Struth sugiere una especie de destino alternativo, un "paraíso" en dónde se encierran los paisajes impenetrables, libres de la intervención humana. Es en esta dinámica antológica que se basa esta exposición que os recomendamos visitar y buscar su detalle y misterio "inaccesible de la realidad".
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